lunes, 9 de enero de 2012

El Recuento de los Hechos

Diciembre del 2011 termina con una tarde de lluvia torrencial en la carretera México – Puebla, con el cielo en total oscuridad apenas iluminado por una tormenta eléctrica, una curva que no vi me deja fuera del camino totalmente expuesta, física pero sobre todo, emocionalmente.
Siento que el año, me quedo a deber! Fue un año de muchas pruebas en todos los ámbitos de mi vida, hubo muchas risas pero también muchas lágrimas, hubo días de maravillosas compañías y días de soledad profunda.  Mis bendiciones y maldiciones, siguen cumpliéndose al pie de la letra.
De enero a diciembre hubo trabajo en exceso, las largas horas en la oficina  me pasaron la factura y pusieron en jaque mi salud. Después de un par de sustos y de una noche me quede dormida en un semáforo, por fin entendí que debía bajar el ritmo laboral.
Este año aprendí la deferencia entre ser un soldado que lucha en toda batalla, y ser un guerrero que busca la paz interna y elije que guerras valen la pena librar. Fue un largo proceso, a mi guerrero interno a veces le sobro soberbia, otras sin embargo, se lleno de humildad. No todas las guerras fueron ganadas, pero todas me dejaron gran aprendizaje.
2011 trajo cosas buenas, la mejor fue sin duda el integrarme al grupo de voluntarios del Hospital Infantil “Federico Gómez”. Antes de esta experiencia, no me sentía cómoda con los niños, nunca tuve despierto el instinto maternal, hasta que un día me descubrí consolando a un pequeño, limpiando lágrimas y narices, organizando juegos, o simplemente abrazando a una madre angustiada por un hijo en estado crítico.
 Aprendí lo que el cáncer hace en el cuerpo de un niño, pero también pude ver el coraje y las ganas de vivir, en cada infantil mirada. Me sentí humilde ante esas muestras de fortaleza y mi vida de pronto, tomo otra perspectiva.
Viaje mucho estuve aquí y allá, disfrute los días lejos de casa. Cada día represento una nueva experiencia, por lo que en el conteo final me quedo con 365 anécdotas de vida.
Conocí mucha gente nueva que vinieron a sumar a mi vida, pero también no falto quien abuso de mi buena fe y traiciono mi confianza, recordándome de la peor manera, que la desconfianza es un instinto básico de conservación y que jamás debo ignorar mis instintos, a pesar de lo que diga el corazón.
Cuando fui feliz, fui feliz con todo y también me di el permiso de llorar y llorar hasta cansarme. Cuando me toco la de ganar lo hice con estilo y cuando me toco perder lo hice con dignidad.
Mis risas iluminaron mis días y mis lágrimas dejaron en paz mi alma. En ambos casos, tuve la bendición de tener cerca a la gente que me quiere, quienes sostuvieron mi mano y compartieron sin reparo, lo bueno y lo malo.
Gracias a todos los que me acompañaron este 2011, a los que año con año siguen aquí, a pesar del tiempo y la distancia, a los que enriquecieron mi vida con su sola presencia, a los que me aconsejaron y los que siguieron mi consejo, a los que me permitieron aprender de su talento y me permitieron explotar al máximo el mío. A todos aquellos que tuvieron el valor de enfrentarme de frente, a ellos mi absoluto respecto, fueron dignos adversarios.
Gracias a los que se fueron, por lo que dejaron tras de sí. Doblemente gracias a los que se quedaron, porque me dan la invaluable oportunidad de seguir compartiendo con ustedes.
Aunque la vida te saque del camino, tomate el tiempo de regresar sin miedo, más fuerte que nunca.
Retome el camino de aquella carretera, justo a tiempo para llegar a casa y darle la  bienvenida con mi mejor cara al 2012.
Al final del día, la vida siempre continúa.
Felices Letras!

Mó.

2 comentarios:

  1. Amorcito, este me encanto. Te amo mucho y siempre estoy orgulloso de ti Boro. Te extranio mi vida. Deseo mucho tenerte en mis brazos. :)

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  2. P.D. voto a favor de tu instinto maternal. TQ :) (deeespueeees, no te espantes!)

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